En el año 2013 dos hermanos australianos, Todo a la vez en todas partes. Con un presupuesto de manos de 5 millones de dólares, la cinta lleva ya recaudada en el país norteamericano más de 22 millones de dólares.

La película, que llega a los cines españoles, narra la historia de Mia, una joven inadaptada con pocos amigos que se encuentra metida en el pozo de la tristeza desde que su madre murió por una intoxicación -aparentemente accidental- de tranquilizantes. En un mundo dominado por las redes sociales, sus compañeros de instituto comienzan a viralizar unos vídeos en los que juegan con una extraña mano embalsamada que, supuestamente, les permite ar con los espíritus (amén de ser poseídos durante unos segundos). Simplemente han de prender una vela, agarrar el siniestro objeto y decir: "Háblame". Sin embargo, no deben dejar que transcurran más de 90 segundos mientras dejan pasar a espectros "del otro lado". Atraída por el misterio, la joven propone a su mejor amiga Jade acudir a una de estas peculiares sesiones de espiritismo. Finalmente acuden y Mia se ofrece voluntaria a probar a agarrar la siniestra extremidad y ar con los muertos. Poco a poco, comienzan a engancharse a ese juego, sin saber que tiene consecuencias desastrosas para todo el que lo practica y los que le rodean.

Combinando el drama con el terror sobrenatural, Háblame nos habla de lo que se pueden torcer las cosas si no se encara de manera adecuada el duelo y el dolor por una pérdida. Lo que hace fascinante del éxito de esta película es su diferencia con la tendencia actual en el cine de terror: donde se arriesga bien poco y es raro que se apueste por nuevos talentos (salvo en los recientes casos de It Follows). Los Philippou, sin embargo, utilizan las lecciones que aprendieron como creadores de contenido para dar vida a la historia, tomando algunos riesgos durante la producción, que la diferencian de otros productos de género de Hollywood. Hay que tener en cuenta que estamos ante una producción australiana que se ha convertido en todo un éxito a nivel internacional.
En esta obra macabra perfectamente ejecutada, tanto los que se reúnen para presenciar como los que son deciden participar en el siniestro juego, preparan al espectador para algo inquietante, un ambiente en el que los directores parecen moverse como pez en el agua. Todo ello sin renunciar al humor, correctamente insertado a lo largo de la misma, un rasgo que es orgánico a lo largo del metraje aunque no parezca necesariamente intencionado.

Uno de los grandes aciertos de la película es el protagonismo de la actriz "La mejor interpretación de una posesión desde 'El Exorcista": la película de terror del 2023 ha sido dirigida por 'youtubers' y lo que se dice sobre ella son palabras mayores
Para ser una película debut, Háblame tiene un nivel de sofisticación reservado normalmente a los veteranos del género. Tiene buen ritmo y una sólida atención a los detalles visuales -personajes que aparecen ligeramente desenfocados, iluminación tenue, primeros planos invasivos- que contribuyen a crear un ambiente inquietante durante todo su metraje. Otro apartado a destacar es su sonido, utilizado con tremenda efectividad: silencios inquietantes que preceden a una acumulación gradual de voces, golpes y sacudidas que finalmente culminan en un espeluznante despliegue de violencia. Y es que los Philippou no escatiman en el grado de grafismo en pantalla, con unas imágenes que se graban a fuego en la mente del espectador.

Se trata de una carta de presentación que augura una carrera muy prometedora de dos hermanos australianos, que ya han firmado por una secuela con la compañía A24 y que se ponen en primera línea de los jóvenes talentos del género como Parker Finn. Por todo ello, el espectador no debe dudar, agarrar esa mano embalsamada, decir Háblame y prepararse a pasar mucho miedo.