El gazapo que pasaste por alto en una escena y que jamás volverás ver igual 1rh1k
Regreso al futuro III, en la que Doc, Marty y compañía se iban al Oeste.
Lanzada en 1990, la tercera entrega dejó huella sobre todo gracias a esa historia tan original. Aunque generó debate en el momento de su estreno, a día de hoy es igual de apreciada que sus predecesoras y hay quien asegura que es la mejor de las tres. Ahí dejamos la conversación abierta.
Niño, no señales 593256
En esta tercera parte hacía su primera (y última) aparición Verne, el hijo de Doc, interpretado por Dannel Evans en su único papel cinematográfico. Aparentemente poco se sabe sobre el actor más allá de que su vida se torció en un punto, y parte de la culpa puede tenerla esta escena en la que, con cara de circunstancias y mientras Christopher Lloyd habla con Michael J Fox, hace un gesto a la cámara… y después señala sus genitales.
Entre los que se fijaron se manejan dos teorías. La primera, que estuviera diciendo al cámara que se acercase. La segunda y más probable, que tenía que ir al baño: para no interrumpir las tomas ni el sonido, esa es la manera en que lo contó… y la poca pericia de Robert Zemeckis hizo que acabara en el montaje final sin que nadie se diera cuenta. Ups.
Verne Brown, el personaje, nació en 1888 y tuvo vida más allá de esta película. De hecho, en Regreso al Futuro: la serie animada, Doc viaja con su familia a 1991 y se asienta allí. Es más, un episodio trata de Verne asistiendo a su propio nacimiento y tratando de convencer a sus padres de que no le pongan ese nombre. De señalarse sus partes pudendas a ver su propio nacimiento hay cierta creación de personaje, al fin y al cabo.